Desde que era una niña siempre he hecho muchas preguntas, es más, muchos de mis profesores en el colegio se enfadaban muchísimo conmigo porque he sido una persona con mucha curiosidad por el mundo que me rodeaba.

Tengo que decir que el acto de hacer preguntas, a mucha gente le incomoda, otras se ponen violentas ( por que se piensan que se pone en tela de juicio sus conocimientos) otras se sienten intimidadas y luego está esa gente que alimenta mi imaginario, que son con las que más he gozado.

No creas todo lo que dicen

Esa era mi intención y mi búsqueda, alimentar mi mundo e imaginario, para crear belleza. Si alguien se sintió alguna vez ofendido, lo siento por él o ella, no porque tenga que pedirles perdón. Fui muy fiel a mi misma desde pequeña. No iba a rechazar esa parte de mi. Más tarde, lo tuve que hacer en la época de la adolescencia para evitar conflictos. Incluso más de uno tuve porque el mundo que me rodeada no toleraba mi libertad de expresión.  Por lo tanto, tuve que romper con todo.

Para no perder mi costumbre te invito a que te hagas estas preguntas:

  • ¿ Quién tiene la última verdad sobre ti ?
  • ¿ Quiénes son otr@s para decirte lo que tú eres o dejas de ser?
  • ¿Eres lo que otros piensan de ti o, eres tú , tu propia realidad ?

Creo lo que soy y soy lo que creo

Ya pueda estar medio planeta conspirando en decir que su verdad última es  la que decide o juzgue lo que tu eres o no. No lo creas, te lo digo de corazón. Eso es una prueba más en tu camino de la vida entre tu ego y tu. Es un regalo que el universo te ofrece para reafirmarte con más fuerza . La única verdad sobre tí sólo la tienes tú.

En tu silencio, en la soledad de tu ser y por tanto, en la expansión de ti con el todo.

En tu camino , en tu andar, nadie puede decidir por ti y tu libre albedrío porque tu eres tu propio maestr@. El resto son experiencias de vida en la que absorbes información para evolucionar.

Los grandes maestros de vida normalmente no se llaman maestr@s y ni siquiera ell@s mismos lo saben que lo son.

Observar tus miedos para abrazarlos y mimarlos, para entonces, poder transcenderlos.

Sacar los venenos que queman tu lengua cada vez que la hipocresía llama a tu puerta.

La rabia y la ira también habitan dentro de ti y, hay que sacarla fuera, para que se produzca algo bello, no volcarla sobre otr@s, pero sí sacarla para que no te autodestruya.

Aún hoy en día, me cuesta aceptar muchos de los comportamientos humanos, entre ellos la falta de educación hacia los demás , hacia el más frágil.  El no dejar espacio al de en frente para trazar su libertad.

Produciéndose la deshumanización del ser humano por seguir la burla o la calumnia para ser parte de un gremio dejando al indefenso a un lado. Obviando totalmente la tolerancia, la empatía hacia el otro, y mucho menos la sensibilidad.

El tiempo, a veces, te da sabiduría. No siempre, pero si al menos la experiencia por haberte expuesto a muchas pruebas de vida.

El silencio es el acto más respetado, por tanto, es ahí donde reside gran parte de la sabiduría. No te hace actuar impulsivamente. Pero… y si te dijera, que los impulsos también forman parte de ti, y que sabiamente dirigido necesitan su espacio. Por qué callar, si llevamos siglos callados, y es ahora, cuando más libertad de expresión tenemos.

  • ¿Cuánto miedo hay en decir lo que uno es, piensa y siente?
  • ¿ A quién pretendes proteger, a ti o a los demás?
  • Actuando así, ¿ estás siendo más o menos justo contigo ?

Si hemos venido sol@s y nos vamos a ir sol@s ¿ por qué no se es uno fiel a si mism@, a su forma de sentir la vida y expresarla libremente? 

¿ A quién realmente tienes miedo de dañar si no te expresas tal y como eres ?

Cuanto me he callado por no crear polémica. Cuanto no comentado porque sabía que podía alterar situaciones y estructuras consolidadas. Cuanto no opinado porque ya conocía de antemano la reacción del ser humano . Tener el don de remover y crear polémica con tan sólo soltar dos palabras. Supongo que os habréis visto en esta situación en much@s ocasiones.

Para ser aceptad@ tal y como eres, con todas tus complejidades dentro y fuera de tu zona de confort, y en cualquier punto de esta tierra. Incluso si tuvieras que adaptarte a otras condiciones culturales, ambientales, estilo de vida etc… y mantenerte en esencia con tu verdadero ser. Esto requiere de una aceptación,  conocimiento y observación de tu mundo interior, de modo que, todo lo que acontezca fuera de ti mism@ sea tan aceptado como lo que habita dentro.

El peso de mi lengua sólo quiere explotar en lienzos y melismas.

Mi ser en su complejidad con quejíos de libertad en cada pincelada de color. Quien habita dentro de mi cuerpo físico sólo lo sé yo,  e incluso aún hay una expansión infinita por descubrir.

Te invito a que empieces a preguntarte ¿quién habita en ti? y dejes de mirar quien habita en mí, en el otr@. Este es un viaje muy largo, en el que comencé hace muchos años . Y te digo que si aún no lo has hecho ya estás perdiendo tu tiempo y energía en mirarme a mi. Desde mi centro te puedo mandar amor pero no quieras quitármelo para ponértelo tu , porque el tuyo habita dentro de ti . No es ni mejor ni peor, ni se sitúa más arriba o más abajo . No eres más grande ni más pequeño porque somos todo la misma cosa.

En cada juicio habita el ego y ahí es donde hay que observarse para amarse.

Mi hogar está dentro de mi y es ahí donde reside toda mi vida.

Amando , cuidando y abrazando a mi pequeña pintaora, y todo lo que ella quiera expresar y sentir.

En mi presente me siento con mi voz, ahí donde está mi amor, en mi presente me observo en mi pintura y ahí es donde está mi amor.

Ahí, donde me siento en el vacío, que es a su vez  lo lleno, ahí me sitúo, donde el flujo de la vida corre, ahí es donde me encuentro.

Toda mi expansión de amor a través de mis heridas más profundas. Desde mi centro energético hacía el tuyo para ser sanadas y para que las tuyas también sean sanadas.

Se

 

Dirección artístico y estilismo: J.Carlos Román
Fotografía: Paula Guerra